martes, 14 de octubre de 2008

Luck

Luck, en inglés, suerte. Suena igual que "lack", falta. Podríamos hablar de la falta de suerte, ¿no? Pero para eso debería empezar hablando de la suerte.
Recuerdo que hace no tanto hubo un hecho puntual después del cual decidí a dejar de quejarme de mi suerte. Lo sostengo, obviamente. Pero es distinto lo que quiero decir ahora.
Una vez, hace más de un año, en el fogón del viaje de egresados, el encargado de esta actividad, que ahora no recuerdo su nombre, se despidió diciendo "Éxitos, no se dice suerte porque la suerte es para los perdedores." Y yo creo que es así, pero a veces uno se cansa de lo duro que es el camino de los "no perdedores". Es una cuestión lógica que cuanto más difícil sea el camino, más lejos se llega, mejor preparado para nuevos caminos, y la satisfacción es mucho mayor. Obviamente que es más difícil siempre nadar contra la corriente que simplemente dejarse arrastrar por la marea, y ver a dónde nos lleva. Además, si nado contra la corriente se supone que sé a dónde quiero llegar, sé por qué camino quiero ir, y que nadaré con todas mis fuerzas hasta llegar ahí. Aquél que sólo se deja arrastrar por la marea no tiene idea de a dónde se dirige, no sabe a dónde termina su camino. No sabe qué buscar. Y si, las aguas se aquietan, se quedará flotando, hasta o que la marea se vuelva a mover o que se decida a nadar.
La vida, creo yo, es igual. Si uno sabe qué es lo que busca, se encontrará con las dificultades propias del camino; el que no sabe qué busca, esquivará esas dificultades. ¿Quién la pasa mejor? Ahí depende del gusto de cada uno. Personalmente, me gustan los desafíos. Desde ya, y no me arrepiento. Sé claramente a dónde quiero llegar, creo que todas las personas que me conocen saben eso. Pero, no niego que a veces me canso un poco. Y que a veces sea un poco frustrante ver como los demás tienen "gratis" lo que uno se gana con mucho esfuerzo. Obviamente, cuanto más esfuerzo lleve algo, más útil será y más disfrute de él se tendrá, como esa frase "No pain, no gain." Siempre creí que las cosas se hacen con sangre, sudor y lágrimas, de hecho, siempre las hice así. Y no me arrepiento, no no, para nada. Pero, como dije antes, a veces resulta frustrante, injusto que gente consiga sin merecerlo aquello por lo que uno se esforzó tanto. ¿Qué pensar en estas situaciones, no? En la columna de la derecha hay frases que me gustan mucho, voy a elegir una, de una de las personas que creo "emblema", no viene al caso ahora explicar por qué, es tema de otro texto (jaja, es que me encantaría escribir un libro de filosofía). La frase es de Bill Gates, y dice "La vida no es justa, acostúmbrate a ello." Es triste, pero es verdad.

martes, 5 de agosto de 2008

Conclusiones como ecuaciones

Holass.. Un tiempo sin pasar por acá, pero acá volví para dejar más conclusiones flasheras (?) sobre el universo.
Y hoy me voy a dedicar a hablar de cómo todo se puede ver como una ecuación, o como un gran ejercicio combinado matemático. Es sencillo. Se puede predecir de todo así. Y no es arte de magia, es simplemente resolver paso a paso, uno a uno, los términos que componen el ejercicio. Digamos que es un combinado, donde todos los términos suman. Y cada término es una compleja artimaña repleta de un sinfín de cálculos matemáticos. Pero no son imposibles de resolver. Y la vida, siendo una suma de situaciones, se puede ver de esta forma. Así, uno puede preever muchas cosas antes que pasen. Y no es magia, repito. Es sólo ver las cosas como una cuentita. El chiste de todo está en separarlo en términos; saber cuándo uno puede sumarlos. Y una vez identificado cada término, hay que resolverlo con cuidado, siempre mirando primordialmente de respetar el orden de las operaciones. Un paréntesis de más o de menos es vital. Sin embargo, si lo vemos más que como un combinado como una ecuación, sabemos que las ecuaciones pueden tener ninguna, una, múltiples o infinitas soluciones. Lo mismo sucede acá.
Y obviamente, podemos no resolver esta cuenta y dejar que el lento alumno de matemática, que ahora conoceremos como Tiempo, la resuelva por sí solo, el resultado es el mismo, y puede suceder que si la ecuación tiene múltiples o infinitas soluciones, por más bien que la hayamos resuelto nosotros no coincida con lo que diga don Tiempo, y por más que sea un alumno muuuy lento, el mundo le da la razón en todos sus resultados.
Ah, y detalle. A veces uno puede resolver la ecuación, y advertir al resto del resultado de ésta, cosa que obviamente nadie creerá, hasta que Tiempo nos pruebe en lo cierto, momento en el que todo el mundo habrá olvidado que nosotros ya resolvimos esa ecuación, y que el resultado nos era conocido hace mucho tiempo.
Pero bueno, aunque ésto a veces pase muy seguido, recordemos que no siempre es así, la matemática todo lo prevee, y, como dije antes, siendo que una ecuación puede tener más de una solución, podemos errar a lo que va a suceder. Y, realmente, la mayor parte de las veces está más que bueno que pase eso.

domingo, 6 de julio de 2008

Pensamientos voladores

¡Holas! Acá, en este domingo de bajón (que gracias a la lluvia no es tan bajón, aunque de la manera en la que llueve no me deja hacer lo que quería hacer realmente) es como inevitable empezar a pensar cosas... Sí, ese es mi problema jaja.
Y la verdad es que uno puede empezar pensando en la principal riqueza de la que disponemos todos los seres humanos, ese bien que tenemos que invertir siempre para obtener algo. Ese bien llamado tiempo. Básicamente, el tiempo no se pierde, se invierte para conseguir algo. En momentos de estudio, por ejemplo, si uno se "cuelga", podría llegar a decirse que no perdió el tiempo, sino que ese pequeño o gran momento de distención era necesario para seguir adelante. Sino, las horas empleadas en el estudio no darían los frutos que uno espera y necesita que den.
Pero esto se puede llevar a un plano más "profundo" tal vez. ¿Por qué ya está tan metido en el mundo que el tiempo se tiene que invertir mayormente para conseguir bienes materiales? O para cumplir un objetivo necesario para lo que es "sobrevivir" en este mundo, pero que, como personas, no nos llenan, y aquellas sencillas cosas que pueden hacernos felices quedan en un segundo plano. El mundo ya nos hace así, sólo pendientes de obedecer al "sistema", sistema que, como conversábamos ayer en un 203 con mis dos mejores amigos, es aceptado por ser siempre así, pero nunca cuestionado, uno ya asimiló que el mundo es así, cuando en realidad es así por la acción de los hombres que siempre dejan para el último plano el satisfacerse de aquellas cosas que los hacen felices, que los llenan como seres humanos.
Y en el mercado de nuestro tiempo, la mayor inversión la ponemos en lo que se supone que "debemos" hacer para subsistir aquí, y sólo nuestras sobras para aquello que realmente queremos. Y lo más triste es que esto es cada vez peor...

miércoles, 25 de junio de 2008

Augustin Louis Cauchy

¡Holas! Y bueno, tanto encontrarme con este tipo me dio curiosidad de saber quien era... 800 teoremas de él uso, y encima en un momento Carlos dijo: "en algunos libros a este lo vamos a encontrar como teorema de Cauchy pero acá le vamos a decir así al de la práctica 11"... Detalle que no dijo que al de la 6 también, y a los dos de la 11, más el de la 3... En fin, un groso el tipo, o el culpable de la locura de los jóvenes aspirantes a Ingeniería o Ciencias...

En fin, la info la saqué de http://es.wikipedia.org/wiki/Cauchy

Saludos

Augustin Louis Cauchy (París, 21 de agosto 1789- Sceaux, 23 de mayo 1857) matemático francés.

Cauchy fue pionero en el análisis y la teoría de permutación de grupos, sin duda uno de los matemáticos mas importantes de la historia. También investigó la convergencia y la divergencia de las series infinitas, ecuaciones diferenciales, determinantes, probabilidad y física matemática.

Cauchy empezó a educarse tempranamente con su padre Louis François Cauchy (1760-1848) quien ocupó varios puestos públicos menores y era amigo de Lagrange y Laplace.

En 1814 el publicó la memoria de la integral definida que llegó a ser la base de la teoría de las funciones complejas. Gracias a Cauchy, el análisis infinitesimal adquiere bases sólidas.

Cauchy precisa los conceptos de función, de límite y de continuidad en la forma actual o casi actual, tomando el concepto de límite como punto de partida del análisis y eliminando de la idea de función toda referencia a una expresión formal, algebraica o no, para fundarla sobre la noción de correspondencia. Los conceptos aritméticos otorgan ahora rigor a los fundamentos del análisis, hasta entonces apoyados en una intuición geométrica que quedará eliminada, en especial cuando más tarde sufre un rudo golpe al demostrarse que hay funciones continuas sin derivadas, es decir: curvas sin tangente.


lunes, 23 de junio de 2008

El Título

No creo que nadie se lo haya preguntado, pero el título de este blog tiene una explicación. Miento si digo que no me inspiró la canción de Radiohead "Go To Sleep (Little Man Being Erased)", pero eso no es todo. El título es un reflejo de mi manera de pensar con respecto a muchas cosas.
Algo que siempre pensé y que de cierta forma me da "bronca", no broncaaa pero que no comprendo del mundo, es como se va perdiendo el individualismo de las personas. Todas las personas del mundo somos distintas, y eso debería enriquecernos, el aprender a convivir con nuestras diferencias y descubrir que lo que a uno le falta es lo que tiene el otro, y así disfrutar más de la interacción.
Ahora, el mundo se convirtió en un lugar plasmado de estereotipos; la gente busca parecerse a otra en busca de un ideal que ni ellos comprenden, sin preguntarse el por qué, qué piensan sobre eso, qué les gusta y qué no, qué son y qué no. Y esto uno lo puede comprobar temporada a temporada. La moda. ¿Cuántas personas realmente se preguntan si les gusta vestirse del color "que se usa"? ¿Cuántos gustaban del color de la temporada pasada, pero como ya no está de moda no lo usan, y queda como un simple trapo en el fondo del placard? Osea, ¿uno ya no puede elegir de qué color se quiere vestir? ¿Por qué los demás eligen eso por nosotros? ¿Dónde quedó nuestra capacidad de elegir, de ver qué nos gusta y qué no? De mostrarle al mundo que somos personas, cada uno como unidad con sus propios pensamientos, y no simples ovejas de un rebaño...
¿O yo seré muy individualista?

Pensar

Y digamos que es la base de todo, lo que nos distingue del resto... lo que, según algunos, nos hace "superiores". Pensar es grandioso, y, al mismo tiempo, horrible. Elegir, decidir, la forma en la que se puede degustar un momento es única. Llegar a conclusiones, encontrar conocimiento. La mente nos puede llevar por muchísimos caminos. Pero, cuando se nos vuelve en contra, ¿quién nos salva de ella? ¿Cómo detener la tormenta de cosas que nos persiguen y no nos dejan ni un minuto de tranquilidad? ¿Qué hacer cuando uno encuentra un problema, y se debate tanto en su solución que se pierde de las demás cosas? Y cuando, finalmente, llegamos a la solución de algo, un nuevo enigma se nos pone enfrente. Y otra vez nuestra mente, sin que siquiera se lo pidamos, a la búsqueda de la solución. Por lo tanto, ¿disfrutamos del paisaje alrededor nuestro, si no podemos entregarnos a su vista?
¿O simplemente seré yo, que pienso todo demasiado?

miércoles, 18 de junio de 2008

La Noche del Corazón Gris

¡Hola! Hoy dejo un cuento de hace dos años creo, espero les guste... y recibo interpretaciones jaja, no vale que uno diga lo que quiere decir, ¿no?

Mientras me reclinaba hacia atrás en la butaca de clase económica del vuelo que, después de un año, me llevaba por tan solo una semana de vacaciones de nuevo a mi país, empecé a recordar lo que había hecho en esos últimos doce meses viviendo en el extranjero. Había logrado lo que soñaba desde que era un adolescente, tener un cargo importante en alguna gran empresa, lo que me implicaba tener todos los detalles que siempre vi tan lejanos mientras estudiaba; trabajar de traje y corbata, llegar en auto al trabajo, que todos me conozcan y me consideren importante…

Cuando me dieron esa oportunidad, acepté sin dudarlo ni un momento, sabía todo lo que estaba dejando atrás, pero igual acepté. Ignoro cuánto pude haber herido a mi novia, mi alma gemela que pensé que nunca iba a encontrar, que pensé que sólo existía en mis sueños… Todavía resuenan en mi cabeza las palabras que me dijo esa noche, cuando se enteró de que me iba: “Estoy muy contenta porque lograste lo que querías, pero al mismo tiempo me estás destrozando…”. Me lo dijo mirándome directamente a los ojos, con toda su sinceridad, y después no me dijo más nada, porque el llanto se apoderó de ella y no la dejó ir hasta muchas horas después.

Aquella despedida en el aeropuerto casi me hace dudar al último instante, ella lo notó, y después del último beso y el más fuerte abrazo que me hayan dado, me miró con sus ojos llenos de lágrimas, pero no habló, porque una mirada suya me decía más que mil palabras; me decía que me vaya, que me amaba y que aún a la distancia íbamos a estar bien. Fue un momento extraño, porque mi corazón estaba lleno de emociones; por un lado la alegría de haber logrado lo que tanto anhelaba y por el otro el dolor de la separación.

Me odié a mi mismo durante las doce horas de vuelo; me odié por dejar a la persona que más me importaba en el mundo, y me odié por ser así, ambicioso, y dejar de lado los sentimientos. Nunca me sentí tan solo en mi vida como dentro de ese avión.

Sabía que iba a extrañarla, pero nunca imaginé que tanto. Las fotos de nosotros dos adornaban cada superficie de mi habitación, y mi preferida ocupaba un lugar preferencial en mi escritorio. Nos consolábamos mutuamente con los “te amo” por teléfono y los besos por carta, pero lo que nos mantenía más unidos era la ilusión de volvernos a ver, el deseo de volver a mirarnos a los ojos como antes y de abrazarnos tan fuerte hasta quedarnos sin aire.

Ese momento por fin había llegado; el avión estaba aterrizando en una medianoche de viernes, la noche que tanto había esperado, la noche que me mantuvo vivo cuando me sentí solo… Y allí estaba ella, el vívido retrato de mis fantasías, esperándome, tan hermosa y radiante como siempre, pero emocionada como nunca cuando corrió a mi abrazo.

Fue en ese momento cuando noté que algo en mí había cambiado, porque sus labios eran los mismos, pero no tenían el mismo sabor cuando los besé; su cuerpo era el mismo, pero no estaba tan cálido cuando lo rodee con mis brazos, sus ojos eran los mismos pero no me reflejé como antes en ellos; sus lágrimas eran las de siempre, pero no se sintieron iguales en mi mano cuando se las sequé.

¿Qué cambió en mí esa noche? ¿Habrá sido la distancia? ¿El haber estado tanto tiempo sin vernos? ¿O me habrá protegido mi corazón, para que no note tanto lo que dejé por un sueldo y una corbata, lo que me perdí por mi ambición, cuando ella era lo más importante que tenía, mi compañera, mi alma gemela, la que nunca me exigió nada, la que estuvo siempre conmigo y hasta me apoyó aún cuando se le partía el alma de dolor? ¿Se habrá oscurecido mi amor, para que mi mente no me reproche el resto de mi vida el haberme equivocado?